Blemmye’s Blog


Crítica: Fred Neil – s/t (1966)

DISCO RECOMENDADO:

FRED NEIL – s/t (1966)

Siento amor/odio por las listas en plan “Los mejores discos de la historia”. Amor porque le pueden descubrir a quien no tiene ni puta idea discos interesantes. Odio porque, debido a las limitaciones de espacio, muchos álbumes se tienen que quedar en la cuneta. Lo que decide qué es imprescindible y qué no es el criterio del propio autor. Y éste puede estar enormemente influenciado por el moderneo de su contexto. Sin ir más lejos, en uno de los blogs “indies” con más visitas de Estados Unidos hace poco se realizó su clasificación, del cien al uno, de obras magnas. Sorprendentemente, según ellos, el mejor LP de todos los tiempos es el Low de David Bowie… ¡Cuando de normal era ignorado y ni siquiera conseguía alguno de los últimos puestos! Digo esto porque desde que la palmó en el año 2001 y fue reivindicado por varios artistas molones, Fred Neil aparece en este tipo de catálogos. No deja de asombrarme porque hasta hace no mucho sus genialidades permanecían en la más lúgubre de las sombras y ni siquiera estaban reeditadas en CD. Supongo que los humanos somos así de cutres. Necesitamos que un tipo que sale por la tele nos lleve hacia la luz e ignoramos a los verdaderos expertos en la materia. Expertos que, todo sea dicho, siempre tuvieron a Fred Neil en un privilegiado y resplandeciente altar dorado.

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Ahora sabréis lo que es correr de Dave Eggers

AHORA SABRÉIS LO QUE ES CORRER

DE DAVE EGGERS

Durante las primeras páginas de Ahora sabréis lo que es correr (Dave Eggers, 2002. Editada en España por Mondadori) tuve la impresión de que estaba ante otra payasada para tíos subversivos nacidos en los ochenta. Sin embargo, a medida que fui avanzando, que fui adentrándome en el relato, comprendí que la obra guardaba, bajo su sentido del humor en plan “colegas del barrio” y su  actitud punk, profundos mensajes muy en consonancia con la generación que retrata. Y que no era justo colocarlo en el mismo escalón que Palahniuk o Welsh porque su “efectismo” no es tan reiterativo ni tan pensado para los pseudo-rebeldes pajilleros que rara vez abren un libro.

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